El diablo sabía que no podría tomar su alma porque estaba protegida por linaje, es decir sus antepasados hicieron un ritual de protección para el alma pero como dice el dicho "mas sabe el diablo por viejo que por diablo" de todas formas aceptaría el pacto pues de algún modo sabía que aquella protección no duraría por mucho tiempo.
El diablo le dio instrucciones precisas, tenía que ir a la tumba número 666 donde estaba enterrado un antiguo sirviente y solo tenía que cortar el dedo corazón, limpiarlo y ponerle una cadena a modo de llavero, de esta forma él podría frotarlo pidiendo el favor.
Solo tenía tres condiciones para poder hacer válido el pacto:
la primera debía tenerlo siempre con él, procurando no perderle.
la segunda que nadie se enterara del amuleto ya que si alguien lo hacía el demonio lo atormentaría de por vida.
la ultima que debía regalarle un mechón de cabellos que serian cortados a la medianoche en luna llena.
Si rompía alguna de las condiciones el espíritu del dueño del dedo y él mismo se encargarían de atormentarlo por siempre más allá de su muerte ya que al regalarle el mechón de cabellos al demonio obtendría el alma del hombre.
Si deseaba separarse del dedo tenía que entregarlo a quien él quisiera y que de verdad necesitara de sus favores, dándole las mismas indicaciones pero el alma del hacendado sería del demonio al momento de morir.
Después el diablo convertido en hombre se esfumó y el hacendado hizo lo que le dijo, así que esa madrugada fue al panteón, buscó la tumba número 666 y estaba al final de una barranca, este hombre casi muere en el intento de desenterrar al sirviente, pero al fin lo logró y cortó el dedo medio, lo hizo llavero y lo traía siempre consigo.
Pasó el tiempo y este hacendado ya se sentía cansado pero satisfecho con todo lo que ese amuleto le había dado, lo tenía todo, dinero, fama y a su familia, así que decidió compartir su suerte con un buen amigo que quería mucho y que estaba pasando por momentos difíciles, así que fue a visitarlo y le contó la verdad de como él había podido tener tanta dicha en su vida, le entregó el dedo con las mismas indicaciones que años atrás el mismo demonio le había dado, recalcando que no debía quitárselo, el amigo aceptó el obsequio y se lo agradeció, de esta manera el hacendado sintió que su misión en este mundo había terminado así que una noche solo se quedó dormido y jamás despertó, los testigos dicen que vieron entrar una sombra a la recamara del hacendado y un suspiro muy largo después de eso.
Lamentablemente su amigo no tuvo la misma suerte, ya que al parecer estaba un poco confundido en cuanto al amuleto y dudaba de las palabras del viejo hacendado, no cuidó el amuleto como debía y en uno de esos tantos descuidos lo perdió, fue un grave error, al menos para él, ya que el demonio y el dueño de dedo estaban esperando ese momento , esa misma noche el hombre regresaba de una fiesta estaba un poco ebrio y miró a fuera de su puerta alguien vestido de negro, pensó que era un amigo que le estaba esperando para seguir tomando, pero al acercarse vio que los ojos de esa cosa eran color rojizo, no dejaba de sonreír de forma macabra y cada vez se hacía más alto, y a un lado de él otro hombre sin un dedo le estrechaba la mano, el hombre del espanto se desmayó, al día siguiente despertó y estaba afuera de su casa pero cuando le contó a los demás nadie le creyó, todos dicen que está loco y que le tiene miedo a la oscuridad, siempre que oscurece ve unos ojos rojos que lo acechan y escucha pasos que se acercan, sabe que son esos dos demonios o fantasmas, sabe que nunca debió perder ese amuleto ahora lo atormentarán toda su vida.
